Historias liberales:
La Multinacional "deslocada" y el machismo de papá.
Querido diario: creo que nos mudamos a casa de la tía. La tía Juana, la que vive en ese barrio que tiene nombre de empanadilla. Sí, ése, Móstoles.
Lali no quería, pero dice mamá que no tenemos más remedio. Nos venimos desde Martorell a Móstoles. La Seat de papá ha cerrado. Bueno, no ha cerrado, que dice Lali que lo que pasa es que la han "deslocado", que dice Lali que no es igual. Lali piensa que lo sabe todo por ser la mayor, y no sabe más que tonterías del tuiter y apretarse los granos antes de salir con el repeinado.
Desde que "deslocaron" a Papá, que yo no sabía que estaba loco, papá bebía mucho. Y siempre que bebía eructaba, y entonces mamá hacía un comentario de no sé qué de un sapo, y entonces la cosa siempre terminaba en bronca. Y mama lloraba. Y Rinti salía corriendo a refugiarse en la terraza, porque si no siempre le tocaba recibir un patadón. Y a mí me mandaban a la cama con un Cola-cao y un fosquito casi para caducar.
Y además de beber, a papá empezó a subirle la tristeza por las tripas. Eso me decía él: "¿sabes?, me sube la tristeza por las tripas". Y si Rinti estaba cerca le atizaba un patadón. Y si estaba lejos, entonces papá se iba a la cocina a eructarle a mamá. Así siempre desde que le "deslocaron".
Un día le pregunté yo a mamá: "mamá, ¿es que papá estaba loco y por eso le han deslocado?; que dice Lali que la empresa no la han cerrado, que la han deslocado".
Nunca te enteras de nada, Fito (me llamo Fito; Adolfo, Adolfito), y ya eres un hombrecito y tienes la suficiente edad para no estar siempre en Babia. Y no sé qué me dijo mamá de que la empresa del "vago de tu padre" (sí, le llamó vago) se la han llevado adonde los chinos. Bueno, la verdad es que le llamó vago y borracho. Pero es que mamá no sabe que a papá la tristeza "le sube por las tripas" y por eso bebe.
Y ahora cada vez que bajo a la tienda de los chinos miro dentro. Pero yo nunca veo ningún coche. Habrá sido en otra tienda de chinos que hay más abajo, hay muchas por el barrio, donde dice mamá que está la Seat de papá para ser deslocada.
Y mamá, que antes sólo salía de casa a comprar a las tiendas o cuando íbamos de visita donde unos amigos del pueblo, que también se vinieron con nosotros a Martorell, de repente empezó a llegar tarde. Y se ponía zapatos de tacón al salir. Decía que si papá tenía "tristeza en las tripas", sería ella la que tendría que llenarnos a nosotros las tripas con comida. ¡Si la Lali casi no come! Con chuparle la lengua al repeinado cuando están a solas tiene bastante. Digo yo que lo haría entonces por mí, y que por mí llegaba tarde y se ponía tacones.
Un día llegó mucho más tarde. Papá había bebido, eructado, y vuelta a beber. Yo ya tenía miedo por Rinti. Por mí nunca, ni por Lali. Cuando llego mamá se encerraron en el cuarto. No sé qué le oí decir a papá de "eres un putón", "esto a mí no se me hace". Y mamá le decía: "vago, más que vago. Anda, borracho, que ya no te sirve ni para mear y ni siquiera sabes sacar a tu familia adelante".
¿Qué no le servía ni para mear? ¡Pero si desde que le deslocaron bebía, y desde que bebía no hacía otra cosa que mear. Beber, eructar y mear! Así que no sé qué quiso decir mamá.
Salieron del cuarto, a la cocina. Primero mamá, seguido por papá, rojo como un tomate. Nunca le había visto así. Y volví a oir lo de "puta, que eres una puta". Y mamá le atizó un sartenazo, pero falló por poco. Y papá la cogió por el cuello, pero ella se escapó y salió escaleras abajo seguida nuevamente por papá. Tropezaron, y dicen que papá le rompió a mamá una pierna y que la llenó de hematombres morados. La semana pasada le oí decir a la vecina que mi padre era un borracho machista ca-brón. Desde entonces siempre me meo un poco en su felpudo cuando vuelvo del colegio. Si me pregunta diré que ha sido Rinti.
Ahora papá está en la cárcel. Dice el repeinado que a mi padre en realidad le están haciendo un favor, y que yo seré quien verdaderamente lo reciba gracias al escarmiento de mi padre. Dice también el repeinado que si a mi padre lo han deslocado es porque nunca estudió en sus ratos libres durante los 20 años que trabajó en la empresa. Que no aprendió nada nuevo y que por tanto no sabía trabajar bien. Que sólo quería llegar antes a casa, para vaguear. Y que le subieran el sueldo, que sólo sabía pensar en eso, decía el repeinado. Eso es verdad: papá siempre quería que le subieran el sueldo, porque decía que estaba harto de trabajar para que al final tuviéramos que vivir como pu-tas pulgas. Pues las pulgas de Rinti viven como Dios, que bien gordas que están, pienso yo, Diario.
El repeinado siempre dice cosas malas de mi padre. Así que ayer, cuando le estaba tocando las tetas a la Lali y me pidió una cerveza, abrí un poco la lata tirando de la hebilla, me saqué un moco, y por el agujero lo dejé caer dentro. Le eché unl moco y un poco de cagada de la perdiz que mi padre tenía en una jaula en la terraza y que ahora le cuido yo hasta que salga.
Ayer fuimos Lali y yo a ver a mi padre a la cárcel, querido diario. Y nada más verme, se echó a llorar. Debe ser porque está loco y aún no sabe el favor que le están haciendo, ¿verdad?...